La producción agrícola representa el 4% del producto interno bruto (PIB) a nivel global y en algunos países menos desarrollados puede suponer más del 25%; donde tiene una gran importancia, no sólo por su significativa contribución a la producción interna y el empleo, sino también por su aporte a la seguridad alimentaria. No cabe duda de que la agroindustria es un sector con gran potencial de futuro.
En Iberoamérica, la agricultura y los sistemas alimentarios son muy diversos, y existe una enorme variación entre los países en términos de su escala, sofisticación e importancia económica. La agroindustria en la región puede llegar a representar entre un 10% y un 16% del PIB nacional, como en el caso de Nicaragua, Bolivia, Honduras, Paraguay, Ecuador y Guatemala, entre otros.