La transformación digital es el fenómeno que más se aceleró en el marco de la pandemia. La urgencia del momento impulsó el teletrabajo, el comercio electrónico y la digitalización de la gestión y la producción. Se torna fundamental acompañar a las empresas en general y a las Mipymes en particular para incorporar la tecnología a los negocios y aportar nuevas maneras de pensar y adaptarse a las demandas del nuevo cliente digital. La implementación de las tecnologías digitales en la producción abre la posibilidad de obtener productos con un mayor valor agregado, permitirá disponer de procesos productivos más eficientes y abre la oportunidad a nuevos modelos de negocio. Es fundamental garantizar el acceso a la tecnología digital para hacer frente a las brechas productivas. Emprendimiento, educación e innovación son tres pilares esenciales para acometer el reto de la transformación al que hay que agregar la habilidad de la colaboración.
Las empresas no compiten por si solas sino a partir del entorno socio productivo del que forman parte y de la interacción que logran en su ecosistema, junto a universidades, centros de investigación, emprendedores, gobiernos, incubadoras, etc. Es en este ámbito donde las empresas cumplen un papel cada vez más importante en la construcción de valor público. Se destaca el importante aporte de las patronales y cámaras empresariales, comprometidas con el desarrollo inclusivo. Surgen diferentes esquemas de asociatividad y transformación digital que afecta a todas las empresas y éstas tendrán la necesidad de adaptarse al cambio exponencial.