El mundo atraviesa grandes desafíos en el contexto actual y, por ello, las empresas deben hacer de propulsoras de la recuperación económica, ejerciendo un liderazgo sostenible y responsable para el desarrollo solidario e integral de la sociedad.
Desde hace algunos años hemos visto emerger en Iberoamérica, una serie de nuevos actores empresariales que compatibilizan la búsqueda del beneficio económico con el cumplimiento de objetivos sociales y ambientales. Hablamos de empresas que se enmarcan en una variedad de movimientos, como pueden ser las empresas con propósito o de triple impacto, la banca con valores, las empresas de comercio justo o las B Corps, sólo por nombrar algunos.
Las particulares características de estas empresas las convierten en uno de los mejores aliados de los gobiernos para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, ya que sin un sector privado decidido a contribuir sustancialmente a la senda del desarrollo, será imposible que nuestra región se recupere de los severos impactos económicos y sociales provocados por la pandemia y llegue al 2030 con las tareas cumplidas.