Camino hacia la transición energética
La temática del eje Infraestructuras, energía y transición ecológica en Iberoamérica es un tema central en el cual tenemos el compromiso de seguir trabajando en mejoras para el desarrollo y sostenibilidad de nuestros países, y hacer que sus economías puedan escalar y dar un salto de calidad de vida de la sociedad. Algunos temas a considerar bajo este eje son:
– Modelos logísticos inteligentes: la hibridación del mundo físico al digital 4.
– Alianzas publico privadas como motor de desarrollo para unas infraestructuras sostenibles.
– Regulación y futuro de la energía en Iberoamérica en un escenario de recuperación.
– Las energías limpias como pilar para la reactivación de la industria y el empleo.
– El “Green new deal” de la UE como impulso de la doble transformación digital y sostenible.
Iberoamérica se sitúa como una de las regiones con mayor porcentaje de renovables en su matriz energética, en buena parte gracias a su riqueza en recursos hídricos, solares, eólicos y geotérmicos. De hecho, un cuarto de la energía primaria de la región proviene de alguna de ellas, principalmente de la hidroeléctrica. Además, la evolución creciente hacia la electromovilidad requerirá de importantes cantidades de minerales como cobalto, níquel, cobre y litio. Algunas de las mayores reservas de estos elementos se encuentran en Latinoamérica. Este es el caso de Bolivia, Argentina, Chile, México y Perú, que cuentan con el 67% de las reservas mundiales de litio; Chile es el mayor productor mundial de cobre, mientras que Brasil posee importantes reservas de níquel y cobalto.
Por otro lado, el hidrógeno verde también es una fuente con un gran potencial para la región y, sin duda, puede ser un excelente mecanismo para exportar renovables. Se abre una gran oportunidad para América Latina de convertirse en productor de hidrógeno, algo muy relevante no solo para profundizar en su propia transición energética sino también para la generación de divisas a través de la exportación.
Esta transición y desarrollo de energía limpia en Iberoamérica es fundamental para la recuperación y el impulso de un futuro próspero que reactive la industria y el empleo.
Pero, para aprovechar el gran potencial de este sector, es imperativo promover e impulsar el desarrollo de las infraestructuras.
Según un estudio realizado por el BID, hasta el año 2030 América Latina y el Caribe necesita invertir 2.220.736 millones de dólares -equivalente al PIB de México- en los sectores de agua y saneamiento, energía, transporte y telecomunicaciones para expandir y mantener la infraestructura necesaria para cumplir con los ODS. En términos del esfuerzo de inversión relativo al tamaño de la economía, América Latina y el Caribe necesitará invertir en infraestructura por lo menos un 3,12% de su PBI cada año hasta 2030.
Así pues, con una visión de medio y largo plazo, sigue siendo imprescindible realizar las inversiones necesarias para construir una región más competitiva, productiva, resiliente y sostenible. Un hecho en el que la transición energética será fundamental. Para ello, es importante contar con un marco normativo transparente, estable, predecible y atractivo, que garantice la seguridad jurídica y promueva la iniciativa privada, ya que éste es un esfuerzo que no pueden llevar a cabo únicamente Gobierno e instituciones multilaterales, sino que implica la colaboración de todos los actores implicados.